Misa de Quilombos
En nombre de un dios supuestamente blanco y colonizador, al que las naciones cristianas han adorado como si fuera el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, millones de negros han sido sometidos, durante siglos, a la esclavitud, la desesperación y la muerte. En Brasil, en América, en la madre África, en el mundo. Deportados, "en pedazos", del ancestral Aruanda, llenaron los campos de caña y las minas con mano de obra barata y llenaron los barrios de esclavos de individuos incultos, clandestinos e inviables. (Las cocinas, los muelles, los burdeles, los barrios bajos, las llanuras, el ajedrez) también se llenan de sub-personas -para los señores blancos y las madames blancas y la ley de los blancos). Pero un día, una noche, aparecieron los Quilombos, y entre todos ellos, el Negro Sinaí de Palmares, y el Negro Moisés, nació Zumbi de Palmares. Y florecieron la libertad imposible y la identidad prohibida, "en el nombre del Dios de todos los nombres", "que hizo toda carne, blanca y negra, roja en sangre". Viniendo "de lo más profundo de la tierra", "de la carne del látigo", "del destierro de la vida", los negros decidieron forzar "los nuevos Albores" y reconquistar Palmares y regresar a Aruanda.